CONTRA LA CRUELDAD
Sabina y otros tantos dicen que José Tomás es un artista. Otros cuantos y Serrat defienden que el toreo es arte. Yo no. Cindy, la americana de Tejas, decía no entender por qué llamábamos fiesta nacional a la tortura pública de un animal. El toro a veces boquea sangre, o de las heridas de las banderillas brota a borbotones. Y la gente aplaude y llama valiente al sumo hacedor de la salvajada. Si el torero se enfrentase al animal sin capote, sin espada, sin posibilidad de barrera, sin la ayuda de seis o siete matarifes más, sin haberle afeitado antes los cuernos a la bestia, o haberlo adormecido, habría más de duelo en el encuentro, pero no dejaría de ser una diversión obscena. No me gustan los toros, sólo cuando el bruto salta la barrera y cuando sale de los toriles. Y no voy a ser yo quien repita argumentos a favor y en contra de las corridas, son archisabidos. Pero sí digo que lustros atrás nadie consideraba de trogloditas tirar a la cabra desde el campanario. Esperemos que no tenga que pasar mucho tiempo hasta que caigamos en la cuenta de la bestialidad que encierran las corridas de toros.
5 comentarios
Miguel Ángel -
Feli -
María -
Un saludo
luciérnaga -
Rosa María -
Un besito.