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Rincón de Ailene y Miguel Án

LO DE LA POLICÍA

Ser profeta a toro pasado es de lo más fácil. Así que si digo que tantos casos de corrupción policial como están aflorando (y  los muchos que no trascienden a los medios de comunicación) son la crónica de un desastre anunciado me cubro de gloria. Ya lo podría haber avisado hace dos años, podéis decir. Y tenéis razón. Pero en mi descargo digo que este tema es motivo habitual de conversación entre amigos y algunos compañeros de trabajo desde hace mucho tiempo, exactamente desde que el número de plazas ofertadas en las oposiciones de la Policía Nacional y de la Municipal (de las autonómicas no sé) se elevó de manera extraordinaria. La gente puede pensar que cuantos más policías haya, mucho mejor, más seguridad. Y el razonamiento sería correcto si el proceso selectivo se cuidase con el mismo mimo que se hacía antes de este boom de policías. Quiero decir que no es lo mismo seleccionar doscientos futuros policías válidos de entre quince mil aspirantes que hacer lo propio con mil candidatos de entre seis mil contando con los mismos medios. Y  tampoco es lo mismo ocuparse de la formación anual de doscientos que de mil, ni supervisar su período de prácticas. No es ningún secreto que útimamente, por estas circunstancias de las que hablo, las de la necesidad urgente de llenar las calles de policía, se ha abierto el período de barra libre. Y lo afirma alguien que ha participado en las entrevistas psicológicas para evaluar la idoneidad del opositor al puesto de policía: "Como no hay mucho donde escoger el listón se baja hasta límites peligrosos".  Tengo un amigo que hace muchos años opositó a Policía Nacional. En la prueba de conocimientos sacó el número tres de toda España, en las pruebas físicas no bajó del puesto décimo, pero en la entrevista psicológica lo tumbaron. Aunque es amigo mío lo considero una persona muy normal.  El año pasado aprobó esta entrevista un muchacho que desde los catorce años visita regularmente al psiquiatra (lo descubrieron después) y ha tenido varias crisis violentas.  Tengo muy buenos amigos policías, con años de antigüedad, alguno inspector, que se echan a temblar cuando llega gente de las nuevas promociones. Y lo dicen abiertamente, que prefieren tres policíás más, pero normales, que no diez de entre los cuales la mayoría ha aterrizado en la comisaría como podía haber aterrizado en el almacén de Mercadona. Para llevar un arma de fuego y garantizar la seguridad y el orden hay que tener un mínimo de sentido común y dedicación, dejando aparte otros valores que, hoy en día, y no lo digo yo, insisto, están desapareciendo a pasos agigantados en ese cuerpo. Y el pronóstico no tiene visos de cambiar.

6 comentarios

Robert -

De acuerdo en que garbanzos negros hay en todos sitios, pero si no se pone solución a lo de la policía la cosa se va a desmandar demasiado. Lo que dice Miguel es cosa sabida por muchos y es culpa de las políticas electoralistas que prometen más policías sin parar mientes en que no hace falta mucha policía sino buena policía.

Rosa María -

Garbanzos negros existen en todos los sitios, aunque creo que la mayoría de los policías son honestos. Conozco a uno que se trasladó a otro puesto fuera de la calle porque estaba harto de coger a ladrones, que le ponían a caer de un guindo y él tenía que callarse y aguantar porque llevaba las de perder. Es penoso luchar por algo y que encima la sociedad te tache de algo que no se es por unos cuantos mamarrachos.
Ahora, si los nuevos que están entrando no cubren las mínimas cualidades que se requieren, es otra cuestión bien distinta. Sé de buena tinta que aprobando las dos primeras pruebas, y si tienes un padrino, te bautizan en la entrevista.

Sebastián -

No puedo estar más de acuerdo con el artículo. Y yo soy policía desde hace 12 años.

Einstein -

Dieron una rueda de prensa ayer los policías locales para decir que el caso de Coslada no tiene nada que ver con ellos. Manzanas podridas hay en todos lados. Sí, de acuerdo, pero en otras condiciones no habrían salido a defenderse de esa manera. Ya van siendo demasiados los casos de este calibre. La paliza que acabó con la vida de un pobre hombre en un pueblo de Almería a manos de la Guardia Civil, las palizas grabadas en comisarías de Cataluña dadas por mossos de escuadra, las palizas dadas por los vigilantes de seguridad del metro, la corrupción de Coslada, los que se quedaban con la droga en Cádiz, los que se cargan a su mujer con el arma reglamentaria... Ufff cómo está el patio. ¿Es ésa la Fuerza de Seguridad que nos tiene que proteger? Casi mejor me quedo con los malos.
Por una vez en la vida estoy de acuerdo contigo, Carcelén.

Zamora -

Pues yo creo que te has quedado corto. En el momento actual lo de la policía es vergonzoso, en serio, y va a más, ya lo dices tú. Mi primo aprobó hace dos años y aguantó un mes en la academia de Ávila viendo lo que se había juntado allí. Le entró miedo de que todo fuese a ser así. Si los que todavía no eran policías ya se dedicaban a lo que no debían hagámonos una idea de lo que estarán haciendo ahora.

Sandra -

Mi novio ha aprobado este año la oposición de la Policía Nacional y no veo justo que lo compares con los corruptos de Coslada. Dentro de la Policía hay gente muy honrada que serán la mayoría. No comparto la descalificación que haces.