¿POR QUÉ NO SOY PARTIDARIO DE LAS ONGs? (III)
No soy partidario de las ONGs, sin embargo, reconozco que su existencia es necesaria. ¿Por qué? Porque si las ONGs (OBAs de aquí en adelante) no existieran habría que inventarlas (aprovecharíamos para hacerlo de mejor modo, pero tendríamos que hacerlo), ya que se ocupan de denunciar e intentar solucionar lo siguiente:
- las desigualdades sociales entre las distintas capas sociales de un país y entre los distintos países llevan décadas haciéndose mayores; la clase media cada vez más media, los pobres más pobres y los ricos más ricos.
- los organismos internacionales cuyo fin es lograr la mejora de la humanidad o tienen esto entre sus objetivos se han revelado como manifiestamente inútiles.
- en ninguna política es tema no digo ya prioritario, sino que tenga cabida, el de la relaciones honestas con los países en desventaja. España puede ayudar a Guinea, sí, pero antes España mediante los tratados y convenios correspondientes y las firmas entre empresas adecuadas se habrá asegurado unos beneficios económicos sustanciosos.
- las OBAs le están sacando las castañas del fuego en muchos temas a los poderes públicos. Sin las OBAs la inmigración sería mayor, la desertización también, la delincuencia en países empobrecidos no digamos, las guerras civiles ni os cuento. Y esto no lo digo yo, lo aseguran estudios serios avalados por la ONU. Una OBA que trabaja de forma continuada en una región desfavorecida del planeta reduce las tensiones en esa zona, la migración, impide en muchos casos el control del poder por parte de los más fuertes de entre los débiles, que acaban convirtiéndose en tiranos.
- razón última y definitiva: porque lo que hacen las OBAs no lo hace ningún otro organismo; y si la labor de las OBAs dejara de realizarse los valores morales universales me temo que dejarían de ser universales. Y digo con esto que si una asociación dejara de recordarnos con su actuación que es de obligado cumplimiento socorrer a una región que muere de sed, con el tiempo estoy seguro de que llegaríamos a pensar que esa región ha tenido mala suerte y que si alguien se interesa por esas gentes, bien, se le aplaude, pero si no hay nadie que se preocupe de ellas, no pasa nada. Esto que parece tan drástico ya está ocurriendo. Por eso pienso que las OBAs son un freno al relativismo moral en el tema de las relaciones humanas.
Dadas todas estas razones concluyo con algo que puede parecer un contrasentido: las OBAs son un mal necesario, y lo son porque cuanto hacen debería ser ocupación de los gobiernos y organismos internacionales, pero como no lo son ni lleva camino de serlo, ese mal necesario se va a perpetuar, por lo que es preciso y urgente limar los muchos defectos que se dan en su funcionamiento.
Un ejemplo de por qué debería ser asunto gubernamental:
Intermón: das 10 euros de donativo a esta ONG, de los cuales:
5,8 para el proyecto en sí,
1,2 para campañas de sensibilización y emergencias,
1,5 comercio justo y producción editorial,
1,5 administración y captación de fondos.
Si el trabajo de las OBAs lo hiciese el Gobierno el porcentaje sería el siguiente:
de 10 euros, 9 para el proyecto en sí y 1 para atender al resto de conceptos habida cuenta de que esos conceptos ya existen dentro del organigrama estatal y habría que reforzarlos levemente, no crearlos.
Estas cifras son tanto si el dinero partiese del mismo Estado como si procediese de donativos de particulares que se entregan al Gobierno.
Hay una propuesta a la que no se le ha hecho caso y con la que yo estoy completamente de acuerdo relativa a la modificación de la existencia de las ONGs. Ninguna ONG debería admitir donativos, de ningún tipo, los donativos se entregarían al Estado mediante un sistema similar al de la Declaración de la Renta, siempre y cuando antes hubiese habido un compromiso claro por parte del Gobierno de destinarlo íntegramente a la ayuda al desarrollo a países empobrecidos (huyendo de los créditos FAD y vergüenzas similares). Las OBAs recaudarían dinero siempre bajo contraprestación y al margen de los organismos públicos. Nosotros lo hemos intentado llevar a la práctica mediante Acumán, editorial solidaria que destina sus beneficios íntegros a ayuda al desarrollo sin recibir ninguna subvención oficial.
Pero para eso debería cambiar, como ya he dicho, la política vergonzosa de los gobiernos tanto en lo que se refiere al destino de la ayuda al desarrollo como en su relación con las ONGs, que no es sino de control con fines estadísticos y propagandísticos, al igual que hacen muchos famosos o instituciones privadas.
Continuará...
2 comentarios
Miguel Ángel -
El incrédulo -
¿Es solo mi opinión o ya tenemos las pruebas con lo del 0,7?