ALTAMENTE RECOMENDABLE
El libro Cuando éramos honrados mercenarios, de Pérez Reverte, altamente recomendable. No sólo por el contenido y el estilo sino porque asombra lo atinado de sus pronósticos en muchísimos temas. Casi de magia.
El libro Cuando éramos honrados mercenarios, de Pérez Reverte, altamente recomendable. No sólo por el contenido y el estilo sino porque asombra lo atinado de sus pronósticos en muchísimos temas. Casi de magia.
Una recomendación para el verano: El corazón helado, de Almudena Grandes.
De Daniel Montero. Libro muy recomendable porque dice cosas que todos sabemos, pero acompañada de ejemplos muy ilustrativos. El mejor resumen, que no es mío, podría ser éste:
Hacienda se centra en los asalariados, en la gente normal, en los paganos, mientras los grandes capitales tienen agujeros legales para no pagar impuestos.
Hacienda carece de medios naturales y humanos necesarios para investigar debidamente a las grandes corporaciones y las inspecciones se centran casi siempre en aquellos que no tienen escapatoria. Los más débiles. Los que siempre están localizables y no te van a marear con recursos y abogados de tarifa millonaria.
Warren Buffet, empresario de Nebraska, estaba tan seguro de su argumento que incluso lanzó una apuesta: daría un millón de dólares a cualquier persona que demostrara que el mexicano Carlos Slim, considerado el hombre más rico del planeta, pagaba más impuestos que su secretaria. Por el momento nadie ha reclamado el premio.
E incluso actuando de forma ilegal, los más corruptos no tienen nada que temer: Urdangarín, los Pujol, Bárcenas y todos los que no están de actualidad ahora mismo, pero lo estuvieron hace poco o lo estarán dentro de poco, se irán de rositas (no creo que visiten mucho el economato de la cárcel); aunque los condenen por algo, ya los indultará acto seguido el gobierno de turno. Los políticos son los primeros sinvergüenzas.
Pues eso, que mi sobrina ha ilustrado un nuevo libro y es altamente recomendable, tanto por el texto (María Gripe no necesita presentación en el mundo de la literatura infantil), como, sobre todo, por los dibujos.
A Josefina no le gusta mucho ir a la escuela porque sus compañeros de clase se burlan de ella. Un día, en el bosque, se encuentra y hace amistad con Hugo, un niño que parecía misterioso pero no lo era. Hugo era muy mañoso y sabía cosas sorprendentes. Parecía muy diferente de los demás niños que Josefina conocía. Cuando en la escuela la niña les hablara del chiquillo del bosque, todos supondrán que se trata de simples imaginaciones. En este sencillo planteamiento se basa María Gripe para desarrollar una historia deliciosa, llena de delicadeza, aleccionadora en alto grado. Una historia de la que, además, se hizo una película que fue galardonada con la “Concha de Plata” en el festival de San Sebastián y con el “Gran Premio Asturias” en el festival de cine de Gijón.
Ficha detallada: "Hugo y Josefina" de Maria Gripe
Autor Maria Gripe
Editor Noguer
Fecha de publicación junio 2011
Colección Noguer infantil
Mañana se presenta en Requena (Valencia), el último libro de Ramón de Aguilar, editado por Acumán, que lleva por título Mariscada de Sardinas. La presentación estará salpicada de sorpresas y contará con la presencia, entre otros, de un mariquiteño, que es del lugar donde se invierten los beneficios generados por la venta de este libro y de los anteriores de Ramón, lo que resultará, sin duda, muy interesante.
Por otra parte os anuncio que mi sobrina tiene nueva página web, con la siguiente dirección: página de Patricia Carcelén Marco
Hace tres años Rocío publicó Todos y yo. Un librito sugerente de historias deliciosas con mucho mensaje. Ahora ha publicado Libros esparcidos, que no está en la línea del anterior en cuanto al contenido, pero sí en lo relacionado con la calidad. Rocío es integradora social y trabaja como tal en Sevilla, lo que se deja traslucir en las historias que se encierran en este último trabajo suyo. Es un desfile de personajes y vivencias intimistas que piden reflexión por parte del autor. Yo no soy crítico literario y no sabría alabar las virtudes o señalar las incorrecciones del libro, sólo sé decir que su lectura me ha resultado muy enriquecedora. Y como curiosidad apunto el diseño y la maquetación tan original de Libros Esparcidos.
Si queréis saber más del libro:
http://www.publicacionesacuman.unlugar.com/librosesparcidos.html
Llevaba detrás de unos cuantos libros y documentales dominicanos varios años, y por fin he conseguido uno de ellos: Uña y Carne. Memorias de la Virilidad. Casi todos tienen como protagonista al dictador Trujillo, figura que siempre me ha llamado la atención, y casi todos son muy difíciles de conseguir, excepto Mudanza de los sentidos, de Ángeles Hernández.
Este verano una amiga ha viajado como cooperante a República Dominicana y me ha traído la novela anterior, que exactamente no es una novela, pues contiene muchos datos históricos que publicados treinta años atrás le habrían supuesto a Marcio Veloz, su autor, la pérdida de la cabeza con toda seguridad. Todavía me falta por conseguir los documentales La Era del Jefe, y los libros El Cumpleaños de Porfirio Chávez, de René del Rico Bermúdez; Retrato de dinosaurios de la Era Trujillo, de Diógenes Valdez; Juro que sabré vengarme, de Miguel Holguín, y El Personero, de Efraín Castillo. Aprovecho para recomendaros el libro Galíndez, del que luego se hizo la película El Misterio Galíndez, con bastantes aciertos y un resultado mediocre. El libro es de Vázquez Montalbán, y es una pequeña joya. Si encima te atrae la historia dominicana de pequeña se transforma en enorme. El libro de Julia Álvarez En el Tiempo de las Mariposas también es muy recomendable. De esa novela también se hizo una película que no está doblada al español, pero que refleja el contenido del libro con mucha fidelidad, su título creo que es Las Hermanas Mirabal. Y, por último, La Fiesta del Chivo, de Vargas Llosa, también llevado al cine. El libro es infinitamente superior a la película, pero ésta se deja ver.
En las últimas semanas, por cuestiones relacionadas con enfermedades que no vienen al caso, he aprovechado varias noches para inflarme a leer. Y me he leído unos cuantos libros que compré en un mercadillo benéfico organizado por una hermandad de Toledo: Cienfuegos y Caribes, de Vázquez Figueroa, se leen de un tirón, muy entretenidos, literatura rápida; El peso de las sombras, de Ángeles Caso, bien escrito, algo rococó y un poco pasteloso; Mientras escribo, de Stephen King, un libro de encargo del que se aprende poco a no ser que se milite en el bando de los incondicionales de este escritor; Señora de rojo sobre fondo gris, de Delibes, un pequeño divertimento con mucho mensaje; Leyenda del César Visionario, de Umbral, un prodigio de vocabulario y técnica literaria, es el libro de Umbral que más me ha gustado, con diferencia, muchísimo más que Mortal y Rosa; El Sur y Bene de García Morales, dos relatos largos más que novelas cortas, algo asfixiantes; Las ruinas, de Clara Escajedo, de argumento muy original, pero la edición era tan pésima que a las tres páginas, cuando te hartas de ver faltas de ortografía y signos de puntuación bailados pierdes la atención en el argumento. Todos los años hacen igual, al menos en las tres últimas ocasiones, se trata del Premio de Novela Femenina Galiana, organizado por el Ayuntamiento de Toledo, y aunque algunas de las obras premiadas y publicadas son muy buenas (pongo por caso Apagar el sol) la edición es tan horrible que algunos autores ni siquiera presumen de tener editados esos libros. A mi me pasaría igual, la verdad. Y el último libro que he leído: El hijo del acordeonista, de Bernardo Atxaga. Una maravilla. No es que la riqueza del lenguaje sea pasmosa, más bien peca de cierta liviandad; tampoco el argumento es para quitarse el sombrero, ni los personajes son sorprendentes..., bueno, que a lo mejor me ha parecido un libro maravilloso por su equilibrio. Si Atxaga en lugar de ser vasco fuese gallego escribiría como Manuel Rivas, estoy seguro. El libro me ha gustado mucho. Me parece redondo.
Ayer, durante la entrega de premios de un concurso literario en el que tuve la suerte de ser galardonado, Eugenia Rico presumía de estar durante la semana del libro nada más y nada menos que en la cuna del Quijote, Argamasilla de Calatrava. Yo no voy a ser menos, y además de lo de ella, presumo de estar disfrutando de su compañía y de su charla. No tenía la suerte de conocer en persona a esta escritora, y la verdad es que al natural gana mucho más que en fotografía, tanto en presencia -es muy guapa-, cercanía y amenidad. A diferencia de otros escritores con mucha fama, Eugenia Rico, que no es tan mediática, habla sin aburrir y lo que dice tiene mucha miga. De Argamasilla me vine con el propósito de leerme su libro, que no es el último, pero sí el que más me llamó la atención: En el país de las vacas sin ojos. Conmigo se vino Ailene, que se portó muy bien durante todo el acto y además vio una exposición de cuentos en papiroflexia, de la que pronto os pondrá alguna fotografía. No nos pesó haber viajado hasta allí, a pesar de que tardamos casi dos horas y media porque no paró de diluviar durante todo el viaje (cosa que hay que agradecer). Ailene decía que le gustaba que lloviese tanto porque así se llenaban las piscinas y las playas. En el viaje de ida se durmió, a la vuelta vinimos jugando a las adivinanzas y luego escuchó unos cuentos que le regaló su tío Marino hace tiempo y que le gustaron mucho, cuentos escritos por Conchi. Nos perdimos, eso sí, el musical "Quisiera ser", en el Teatro Apolo de Madrid. Nos habían tocado dos entradas para el mismo, con viaje desde Toledo en el AVE y alguna que otra atención. Para una vez que nos toca algo en sorteos no lo puedo disfrutar. Fueron Pilar y Marta y les gustó mucho. Para no mentir he de decir que en la edición de la Feria de Artesanía de Castilla La Mancha del año pasado también me tocó un fin de semana para dos personas en una casa rural. Eso fue en noviembre, creo; pues hasta la fecha presente todavía no lo hemos podido disfrutar porque las casas rurales en las que deberíamos hacer efectivo el premio no tienen ni idea de qué es eso. O sea, que yo para los sorteos casi me jubilo ya. Ya os contaré más adelante en qué acaba esto del premio de FARCAMA. De momento insisto en que fue un descubrimiento la escritora Eugenia Rico. (La fotografía me la hizo Ailene, lo cual tiene su mérito, aunque nos pillara cuando ya no mirábamos hacia ella). A veces vamos a este tipo de actos cargados de cámara fotográfica y a la hora de inmortalizar el momento a Pilar le da vergüenza y no hace ninguna foto o dice que la cámara es muy vieja y tarda mucho. El caso es que ya sé que a partir de ahora queda sustituida como reportera gráfica por Ailene).
El tiempo de los verbos.
Como el apartamento de la playa me corresponde, he venido a traer algo de ropa. Revolviendo cajones he encontrado las cartas que me escribiste cuando éramos novios. Ni me acordaba de haberlas guardado aquí.
“Te echo tanto de menos… Cuando estoy sin ti soy medio yo. Cuento los minutos que faltan para estar contigo”, decías en una.
Por un momento pensé en romperlas: ¡como si tirando cartas o fotos pudiera abolirse el pasado! Pero no pude. Y ahora no sé qué hacer con ellas. Tampoco sé si son de tu propiedad o de la mía (se nos olvidó incluirlas en la liquidación de gananciales). Por eso te las envío: un viaje de vuelta por el correo, después de tantos años. Te mando también mis nuevas señas. Para los flecos del divorcio.
Volviendo a las cartas, me cuesta creer que fui la persona a quien iban dirigidas (claro que ¿es uno el mismo toda su vida?). Y también me cuesta recordar lo que sentí al leerlas.
No sé qué le pides tú al tiempo, pero yo le pido que sea justo. Que trate igual al pasado y al presente. Que el mismo empeño que puso en desgastar nuestro amor, lo ponga ahora en disolver nuestros reproches.
En unos meses han conseguido sacar a la calle dos ediciones. Son escritores aficionados, como todos los que publican en Acumán, y, además, músicos, pero no tan aficionados. Podéis escuchar cómo suenan en la web de su grupo Rockambado.
La presentación de la segunda edición de su libro, Latos y Relatos, va a ser en el bar La Tertulia, de Getafe (Calle Carabanchel 19), el día 15 de junio a partir de las ocho de la tarde. Además de presentarse el libro de una forma muy atípica, actuará en concierto acústico el grupo Rockambado, con lo cual la diversión está más que asegurada. Si tenéis oportunidad de asistir, no lo penséis. Cuentan quienes fueron a la presentación de la primera edición -que fue por el estilo-, que el calificativo de memorable se queda corto.
Yo no voy a poder ir, así que los que vayáis dadle de mi parte un abrazo a Javier -si es que lo abarcáis-, y a su chica Mari Carmen, una pareja encantadora. Y comprad el libro, que son más de doscientas páginas por cinco euros de nada. (Eso va por ti, Jose, que no sólo de cerveza vive el hombre y darías la campanada si sigues celebrando la victoria del Getafe sobre el Barcelona leyendo algo que no sea el Marca)
"Oscar. Oscar Vasco. Tiene nueve años. Pesa quince kilos. Es una lágrima. Una lágrima con los ojos enormes. Una enorme lágrima llena de ojos..., SIDA. SIDA enfermedad. Ya murió su madre. Pasea despacio por los pasillos del centro. Se lo está comiendo la tuberculosis. No habla. Cuando lo hace, parece que la voz se le escurre entre los labios, le gotea desde los ojos..., de esos ojos, que aún no sé cómo puede abrir. Me mira. Le miro. No sé cómo, pero esboza una sonrisa... Es como todos estos críos de aquí; cada vez que sonríen se ilumina la mañana, o la tarde, o la misma noche... consiguen eclipsar la luna –ahora en cuarto creciente- con su sonrisa. No va a durar mas allá de tres o cuatro meses. Se le escurren las palabras despacito, arrimándose a los labios, con miedo de salir fuera. Con miedo de encontrarse con lo que ya se encontró el resto de su cuerpo. Son como el trino de un gorrión. De uno de esos gorriones que abren la boca, en el nido, esperando alimento. De esos que aún tienen plumón, que no vuelan. Uno de esos gorriones que aún tiene que sobrevivir..., Oscar no. Oscar es un gorrión maldito. Un gorrión condenado...
¡Una puta mierda de vida encerrada en los ojos más eternos que he visto nunca...! Y allí está. Con su padre. Sin hablar apenas. Envuelto en arcilla, el tratamiento “africano” para el SIDA.Oscar me clava sus ojos como dos puñales incandescentes, uno en cada pecho. Oscar me mira, y rápidamente, sin pensarlo, baja la mirada. Oscar se muere a chorros. No hoy, no mañana. Oscar se esta muriendo cada día. Cada hora. Cada minuto".
Es un fragmento de Piel de Azabache, el libro de Francisco Javier Carlavilla que en unos días saldrá publicado por Acumán. Es altamente recomendable por muchas razones: porque se lee, pese a su extensión, muy rápido; porque el autor escribe como habla y uno no se da cuenta de ello hasta el final; porque dice y denuncia verdades como puños sin casarse con nadie; porque es un compendio de desesperanza encuadernado en rústica con optimismo (¿que cómo es posible eso?, pues habrá que leer el libro para enterarse); porque Javi ha recorrido varios países de los del llamado Tercer Mundo como médico voluntario y se ha traído enquistadas en los hígados las miasmas de por allá, las que le hacen escribir lo que escribe para amargarte el día y hacer que te replantees tu forma de estar en el mundo.
Es un cuaderno de viaje atípico, son reflexiones de toda índole en las que lo que menos importa es la literatura. Ya lo digo, quien busque buena literatura que busque en otro sitio, en estas páginas no se esconde García Márquez, sólo hay literatura bastarda de la que te cambia la vida. Y lo mejor, lo mejor con diferencia del libro, como sugiere el autor en la contraportada, es que lo podrías haber escrito tú.
"Ayer estuve en el Hospital de Mocuba. Acompañé a Lucía que tenía que dar clase y de paso nos enterábamos de qué había pasado con un enfermo que enviamos. Son un montón de salas espaciosas, dotadas de absolutamente nada. En algunas hay camas sin colchones, en otras colchones sin camas; en otras algún montón de hierro oxidado que quiere remedar una mesa..., en todas hay gente. La mayoría tirada en el suelo, encima de su capulana. Allí están los enfermos: con sus brazos o sus piernas amputadas (supongo que por las minas que aún quedan por todo el país), con sus heridas infectadísimas, con sus hatillos de ropa y de comida desperdigados por el suelo..., allí están... En el hospital prende la miseria. Se huele la cochambre, escuece el cuerpo sólo de verlo. Huele a animal, a granja, a cuadra... en el sentido menos despectivo. Me recuerda vagamente algunas veces, cuando he entrado en algún establo. Allí están los afortunados, los que pueden pagar que les amputen un brazo o una pierna para seguir viviendo; aunque sea invirtiendo los ahorros de toda una vida o de todas las vidas de toda una familia..., los que aún viven, los que tienen suerte y pueden pagar por seguir vivos, tirados en el suelo del hospital, con sus hatillos cerca (el 100% de los test VIH que hemos pedido son positivos)". Más información sobre el libro en http://publicacionesacuman.unlugar.com/pieldeazabache.html
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