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Rincón de Ailene y Miguel Án

ESPACIO PARA LUIS

Mi compañero Luis demanda un huequecito en este rincón para hacerse oír, así que le cedo este espacio. El asunto en cuestión está en el primer comentario.

4 comentarios

Luis -

Suspensión de las corridas de toros en Cataluña: Jo, hace ya casi un año que no doy una vueltecita por aquí, ¡cuánto tiempo! y veo cuánta gente ha contestado a mis escritos. Jopé. Pero de lo que también me doy cuenta es que me gustan, me gusto escribiendo e incluso me identifico conmigo mismo.
Pues eso, que en Cataluña han prohibido las corridas de toros. Y no me parece mal, ¡que había de parecerme! Si pensamos en el tiempo que vivimos no hay nadie con la moral actual en la mano que pueda levantar el dedo y decir "pues esto es bueno, porqueee..." porque qué, porque nada, sólo dícen que es una tradición y yo les digo, cuántas barbaridades se hacen en nombre de las tradiciones, o hay quien dice por ejemplo del Toro de la Vega en Valladolid, "había 30.000 personas y sólo unods pocos estaban en contra, somos inmensa mayoría", pero es que la tortura de un animal no es una cuestión de mayorías, ni siquiera de democracia, qué imagen de España la de la agonía de un animal tan bello en medio de la calle con un corro de "valientes" dándole de palos cuando ya rendido termina con los últimos segundos de su vida, o cuando vuelven los lanceros del toro de la vega escoltando a ese que viene con la cola del animal en lo alto de su pica. "No hay que prohibir", dicen, "somos mayoría", pero ya lo decía el Marqués de Esquilache, "España es como un niño que llora cuando le lavan loa cara".
En Cataluña han prohibido las corridas de toros, un lugar donde se celebran estos espectáculos a puerta cerrada, donde el que paga lo hace con un buen dinero, y lo hace voluntariamente y donde el que no quiere no va y donde el espectáculo es un ritual en el que la dignidad del animal se respeta y tiene como fundamento la belleza fugaz y el señorío y la valentía de los actuantes. Y sin embargo, dejan en Cataluña los toros al carrer, los festejos populares en la calle, donde quieras o no te influye, te cortan las calles, se paga con tu dinero quieras o no, lo ves si sales a la calle y donde los más bajos instintos del género humano salen a relucir por aquello del instinto de supervivencia, no hay mujeres ni niños ni hombres apurados, no hay aquella dignidad de antaño en la que los mozos pretndían demostrar a las mozas su valentía, su señorío y su majeza, no, sólo queda que no te coja el toro y si te pilla, ya sabes, jódete y para eso sirve lo que sea. Además vemos a los valientes con un pié en el estribo de la plaza y las manos en la contera de la barrera dispuestos a que no le coja el toro de ninguna manera y de que no les quiten el sitio, porque si se lo quitan y están a merced del toro, les verán cómo les revienta el toro y ellos verán como el que les quitó el sitio lo ve en primera fila sin hacer nada por impedirlo, que es lo que ellos estaban haciendo. Y esos, en un arrebato de valentía, esperan que pase el toro y cuando ya ha pasado y nada pueden hacer contra ellos, por la grupa, con total cobardía y desvergüenza le dan una patada al bicho o como ya he dicho antes, en sus últimos momentos de agonía le palmean demostrando lo valientes que son.
¿Y los encierros? quien no ha visto, salvo en Pamplona cómo corren los mozos, unos pocos a cien metros del toro, luego hay un espacio vacío, pasan los toros y detrás van un millar de energúmenos chillando corriendo ya a no se dónde. Pues eso es lo que permiten en la ultramoderna Cataluña ¡Qué vergüenza! En general, qué imagen de España exportamos, las corridas, los toros en la calle, la tomatina y el carnaval provinciano que es lo más chavacano y guarrindongo que hay en el mundo, donde las más bajas pasiones se dan cita.
Si, han prohibido las corridas de toros en Cataluña, han prohibido en Extremadura hacer daño a los toros de los festejos populares como los de Coria donde los llenaban de dardos, y enmaromarlos o ponerles bolas de foc (como en la liberal y avanzada Cataluña), bien, espero que no quede mucho para que primero se acabe con los festejos populares y luego con las corridas de toros, pero espero que sea cuando yo no esté y mientras, ¡!yo me voy a los toros!

Luis -

COMPROMISO ADQUIRIDO De vez en cuando hacen a los ninios tomar la Cámara de los Diputados o los escaños de algún Ayuntamiento, Parlamento Autonómico e incluso asientos en alguna diputación como fué últimamente la de Toledo, donde los recibió el Presidente. En estos casos a los niños les hacen leer unos papelotes cuyo contenido es de una buena voluntad pasmosa que enternece al más duro de las personas, que si no hagamos más daño a la tierra, que si la contaminación uuuuh qué mala es, que si la igualdad con las mujeres... y lo de Toledo fué la inmigración, que pobrecitos, que igualdad de oportunidades, que qué pena. Pues todo eso está muy bien, deben tomar los chavales conciencia de todos esos problemas. Y luego, el político de turno va y dice que qué majetes son los crios, qué buenos sentimientos guardan, qué iniciativa más mona. Pero de todo eso no queda nada, todo termina cuando termina el acto y la calle para correr, a por las chuches, a por las consolas y el que no pueda que se joda. Es como un juego, como cuando un chaval desea por todos los medios algo material y el deseo finiquita cuando lo tiene en la mano y lo arrincona para siempre jamás.
Creo que el político de turno de bería decirles ¡QUÉ ENORME COMPROMISO HABEIS ADQUIRIDO! habeis venido aquí y exigís el cumplimiento de ésto y esto otro, pero quienes vais a llevarlo a cabo no somos los adultos solamente, sois vosotros y no solo hoy sino mañana y esto supone que para que los inmigrantes puedan venir sin distinciones, puedan vivir sin discriminaciones en un plano de igualdad con todos nosotros y para que en sus países de origen puedan vivir con las mismas oportunidades que los países ricos lo que debeis hacer es: y a continuación enumerar una larga lista de todas las cosas que deberán hacer, de todas las cosas que no deberán hacer y sobre todo de todas las cosas de las que deberán prescindir para que los ricos y los pobres podamos igualarnos un poco. Hacerlos saber que lo que piden no es ninguna tontería, exige un sacrificio, que no es Jauja, que no son Piter Pan y que no todo es que los pájaros cantan y las nubes se levantan.

Luis -

reflexiones ecologistas: ha salido hoy en los medios la noticia de que un oso pardo reintroducido en el Pirineo ha atacado a un cazador. Ya se han levantado voces que abogan por reubicar a los siete osos reintroducidos, enviarlos a otra reserva, o meterlos directamente en cautividad, o mantenerlos en una zona en semilibertad, ¿zoológico?. A mi, la verdad, los zoológicos siempre me han dado enorme lástima, nunca me han gustado, huele mal, las animales están tristes y sufren el síndrome de cautividad haciéndo movimientos repetitivos hasta el hartazgo (de quien los contempla). Los parques safari tampoco, son un tostonazo sacacuartos y no solucionan nada a la vida en cautividad del animal que además están viciados por la presencia humana permanenete. Meto aquí una cuña para hablar de los circos, o mejor no hablar, me daba una pena enorme de los animales y los payasos casi me hacían llorar, sobre todo el tonto que nunca sabía nada y se reían de él. Seguramente me sentía identificado porque yo nunca me sabía la lección y me llevaba los sopapos de los mayores, y los trbajadores del circo me daba miedo. En definitiva, la pregunta es si tenemos el género humano derecho sobre los animales o no. Está claro que los dominamos y prevalecemos sobre ellos e históricamente los hemos apartado de nuestro lado si no nos han servido, pero los tiempos han cambiado, y ante la desaparición de las especies hemos empezado a respetarlos, pero mientras no interfieran en nuestros intereses, como es el asunto de las rapaces que atacan el ganado, los buitres o los lobos, protegidos por los hombres y que muchas veces son justificación para solventar las pérdidas en las explotaciones ganaderas. ¿Y los toros bravos? hay que saber que existían no hace tanto como los bisontes o los elefantes, en toda Europa, y ahora sólo existen donde se dan las corridas de toros. Existen para y por un hecho para muchos deleznable, pero existen y gozan de buena salud, y en el resto fueron exterminados. Han salido partidas en busca del oso agresor. ¿Será para darle las gracias? Creo que no. ¿Nos cargamos las corridas de toros y nos quedamos sin el toro? porque no va a venir la administración ha hacerse cargo de un ganado que sólo daría gastos, enormes gastos y nisngún beneficio.¿Prevalecemos sobre los animales hasta su extinción?

EL MARTILLO DE LA CÁRCEL -

Trabajando en una de éstas cárceles de última generación, que ahora parecen más bien de generación espontánea y que ya no son de última porque no llevan lo último y que además ya están degeneradas, o incluso nacieron deficientes y no se han podido recuperar... trabajando decía en una de estas cárceles sucedió que se empezó a correr el rumor de que las puertas automáticas podían abrirse desde el sistema de embrague con una moneda de veinte duros, no se referían a echar veinte duros como a una máquina tragaperras, sino a que el sistema tiene un agujerito en una zona muy alta en todo el medio de la corredera superior y con una llave redonda como una galleta que tiene un pincho en el centro, se encaja y se hace girar desembragándola y entonces la puerta se queda como lela y la mueves de forma manual. Pues eso, que en lugar de la galleta esa, ruleta le decimos en el argot, encajas una moneda de veinte duros, no vale el cambio actual de sesenta céntimos, porque la calderilla no puede hacer lo que hay que hacer, que es encajar la moneda así de canto y hacer fuerza para hacer girar el sistema y desembragar, o si, según el cambio que te dieran, porque con una de cincuenta céntimos lo mismo...pues eso que se podía hacer decían, aunque hoy en día habría que utilizar una de un euro, ya ves lo que son las cosas del cambio de moneda, no hay derecho que antes se pudiera desembragar una puerta de la cárcel con veinte duros y ahora se necesite ciento y pico de pesetas, aunque lo mismo se podría hacer mejor con una de dos pavos, quien sabe o lo mismo no se puede, porque la realidad de las cosas es que yo lo intenté con la de veinte duros y no pude y no he visto a nadie que pudiera, aunque hoy en día no lo he intentado con las nuevas monedas, quien sabe si con las de la calderilla de cincuenta (¿y si no te dan cincuenta en el cambio?), ¿y con la de dos pavos?¿eh?, lo mismo con esas al valer más o ser más grandes...pero creo que no. El caso fue que el rumor corrió como la pólvora ¡Pueden abrirse las puertas automáticas con una moneda de veinte duros!, ¡Coño! y ahí que te ves a varios funcionarios intentando abrirse para no esperar que el compañero de la garita te abra, y éste ¡Por lo menos poneros de acuerdo, para que no queden todas las puertas abiertas a la vez!, pero no, esto no es cierto. Por cierto que los ingenieros, en su inteligencia pusieron los agujeritos de desembragar las puertas no por donde están los internos, sino por donde no están, que si bien lo miramos no es mala cosa, aunque no siempre los trabajadores están por fuera. Lo que si es cierto es que un buen día la puerta pilló por el codo a un buen mozo negro, lo cogió por el codo y no al cerrar, que es el pensamiento más lógico, sino al abrir, y no lo enganchó estando él dentro, sino fuera, pero no fuera de dentro de la cárcel, sino fuera fuera, porque estaba en tercer grado, de modo que los servicios de mantenimiento tuvieron que salir de dentro (en realidad de dentro de la parte de fuera) a socorrer al interno, porque resultó que el trabajador de la garita llamó a los compañeros más cercanos para que ayudaran al chico y allí que fueron armados con las monedas de cien pesetas y creo que con alguna de diez duros y no pudieron desembragar el sistema, además de que los más altos llegan mal estirándose al agujerito y aunque llegar llegan luego no puedes maniobrar y entonces tienes que subirte a una silla, porque escalera no hay y si no te pegas un trompazo será porque todavía somos jóvenes, aunque unos más que otros, de modo que se impuso laz voz de los salvadores de mantenimiento que va y dice dejaros de coñas y coge la ruleta que debe estar en la garito del funcionario, y éste al sentirse aludido se puso a sudar y por fin encontró la ruleta esa que no sabía muy bien para qué servía y estuvo varias veces a punto de tirarla a la basura, y mientras el negrito estaba atrapado como un pajarito, ya ves antes en la cárcel en la parte de fuera fuera apoyando el codo en la pared y ahora zas, atrapado como un pajarito, ahí con el codito enganchadito entre la puerta mecánica y la pared. ¡Qué tontería oye! Y todo esto lo mandaba a través de una ventanilla porque las puertas aquellas no podían abrirse porque son exclusas unas con otras si están en el mismo control, y no podían pasar y llegar al pajarito del codito a liberarlo, pero no mucho, sólo el codo. Al final no funcionó lo de la rosca por la posición en que quedó el sistema y hubieron de hacerse cargo los de la empresa que parió el sistema, que aún andaban por allí poniendo parches y desmontaron la corredera y liberaron al buen mozo, pero no mucho, ya saben. Y no recuerdo a nadie, negro o no, liberarse del codo o de otro sitio, con tanto señorío, no hizo reproche ninguno y dio las gracias a quien lo liberó en última instancia. A los de las moneditas no. Total, que el rumor se convirtió en fragor y decidieron poner una chapa que tapara el agujerito por donde podría un recluso armado con una silla y una moneda de veinte duros (o su equivalente actual si tuviera en el cambio una moneda de cincuenta) abrir la puerta mecánica de la cárcel. Por cierto que no se a quien le tocó correr con los gastos, pero conociendo el paño, imagino a quien no. Pero la chapita se sujetaba con unos tornillos y pensaron que un interno armado con una silla, una moneda de veinte duros (que no pueden poseer, aunque puede ser que las posean) entre los dientes y una llave inglesa, podría abrir la puerta de la cárcel. De modo que pensaron que lo mejor era que sellaran el agujerito con la susodicha chapita y ésta la sujetaron a la puerta con grapas metálicas, así aunque el recluso consiguiera todo lo ya mencionado, no pudiera quitar la chapita que tapa el agujerito de desembragar la puerta de la cárcel. Pero la cuestión fue que cuando una puerta había que desembragarla, el funcionario no podía hacerlo porque necesitaba herramientas y los chicos de mantenimiento se cabreaban mucho y muchas veces porque para hacer una tarea que en principio estaba destinada a los mismos controladores de las puertas, debían venir ellos con las herramientas necesarias, a saber un martillo (ya apareció el consabido martillo) y un cortafríos que debían hacerlo llegar por unas ventanillas al trabajador del control porque ellos no podían acceder porque la puerta se había averiado o debían dar una gran vuelta por lugares insospechados hasta llegar a la parte de afuera de afuera del Penal, así que idearon dejar un martillo y un cortafríos en cada departamento donde hubiera puertas para que llegado el caso el mismo operario de la puerta saliera y se subiera a la silla y diera unos buenos porrazos y desembragara la puerta de la cárcel y dejara paso a los chavales de mantenimiento y sus reclusos de confianza que ya sin moneda de veinte duros sino con una grapadora ad hoc volvieran a dejar la cosa como estaba una vez arreglado el desaguisado.
Y la cuestión del martillo de la cárcel fue que dejaron en principio algunas herramientas de éstas en lugares estratégicos y al cabo de algunas semanas cuando fueron a por ellos para proceder, las herramientas habían desaparecido, seguramente cambiadas de sitio o abandonadas en otros lugares menos estratégicos donde hizo falta en un momento dado. Pero los cabezas pensantes no desesperaron y pusieron unas herramientas (martillo y cortafríos) en todos los departamentos sin excepción con la orden de apuntar en el libro de servicios la recepción y la entrega de las herramientas en cada relevo, pero como la incidencia de cualquier departamento y la cantidad de ellas son superiores en importancia a el control de las herramientas y la memoria de los jefes intermedios, su relevo cayó en desuso y cuando fueron necesarias habían volado a lugares insospechados y nunca fueron encontradas. Pero no se dieron por vencido los responsables de la prisión y volvieron a poner las herramientas, esta vez nuevecitas, de marca y con una cajita y una orden que decía que había que hacer un parte de entrega y recepción de material, incluidos martillo y cortafríos.
Parecía que todo estaba por fin controlado y los partes se sucedían día tras día y yo me fijé alguna vez y los trastos estaban en los departamentos. También es cierto que los partes de relevo son bastantes y las incidencias muchas y las ganas de irse y de que tus compañeros puedan irse son grandes, de modo que no me extrañó cuando un compañero me pidió el martillo y el cortafríos y ¡leche! el cortafríos no estaba nuevecito ni era de marca y además era bastante más corto que los que tenía vistos, ¡y el martillo no estaba!. Tuvo que reparar su tema armado con una silla, el cortafríos que no era y una barra de hierro a modo de martillo. Los partes se sucedían, nadie levantaba la liebre de la falta de material, es la mejor manera de no responsabilizarse ni responsabilizar a nadie porque no podía saberse desde cuando se sucedían los partes sin que todo estuviera correcto. Ya me olvidé de ello y un buen día alguien dijo que el martillo había aparecido, pero no era el buen martillo de marca nuevecito, sino que alguien, ya sea quien lo sustituyó o nervioso con que le tocara la lotería dejó como quien no quiere la cosa un martillo de carpintero de cuando el abuelo era picador, allá en la mina, y ya puede olvidarse de él porque ahora es el martillo de la cárcel.