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Rincón de Ailene y Miguel Án

FELICITACIÓN AJEDRECÍSTICA

FELICITACIÓN AJEDRECÍSTICA
El ajedrez me ha gustado siempre mucho. Nunca le he dedicado todo el tiempo que me hubiera gustado porque entiendo que es una afición que más terreno te roba cuanto más te metes en ella, sin embargo, a lo poco que me haya podido adentrar en el mundo de los escaques le debo haber conocido y trabado amistad con muy buena gente. A veces he estado más involucrado en el tema y he llegado a dedicarle fines de semana enteros, pero con las mismas, luego te vas liando con otras historias y te resulta casi imposible retomar el camino. Con todo, procuro seguir informado de lo que sucede en el ámbito del tablero blanquinegro. No me preguntéis cómo quedó ayer el Barcelona, que ni idea, pero preguntadme cualquier cosa sobre el campeonato de Linares, por ejemplo, que ahí estoy más que puesto. Este interés me ha llevado a seguir partidas especialmente interesantes, no porque las disputasen grandes maestros, sino personas conocidas. Una de ellas la jugó María Alonso Vara, cuando aún no contaba con once años de edad, hace un par de veranos. Era la final del campeonato nacional de su categoría y ella quedó subcampeona, pero yo disfruté esa partida como si se tratase de la final del campeonato mundial absoluto. María despuntaba maneras, que se han ido confirmando, y su hermana no le anda a la zaga. Hace poco supe que María había quedado campeona regional sub-12, y su hermana Laura, campeona regional sub-10. De la misma escuela de ajedrez de Bargas, Isabel García Gutiérrez ganó el campeonato en la categoría sub-16, e Iris Melgar Páramo quedó subcampeona en sub-12. Me alegré muchísimo, por ellas y por su profesor, José Antonio, quien se preocupa como pocos por inculcar no sólo la técnica del ajedrez, sino sus muchos valores, a los más pequeños. José Antonio está logrando que sus discípulos jueguen bien, de manera elegante y con mucha deportividad, me consta, y eso es lo principal. Los aprendices muestran las virtudes y los defectos del maestro; yo, cuantas veces jugué con ellos, no vi nada más que detalles encomiables. Por eso  les envío mi más sincera enhorabuena, no por el triunfo en los campeonatos, sino por ser como ellos son y trasladar su gentileza a los tableros. Les desearía que sigan cosechando éxitos, sin embargo considero más acertado desearles que sigan disfrutando del ajedrez como ellos saben, y si encima llegan las victorias, mejor que mejor.
Un abrazo y mis mejores deseos para la Escuela de Ajedrez de Bargas, sin olvidar a tantas otras escuelas toledanas (Villafranca, Sonseca, Ocaña, Esquivias, Talavera...) 

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